Instauró el marcador electrónico, introdujo la celebración con fuegos artificales de cada ‘home run’ de los White Sox y sustituyó los cacahuetes y palomitas que amenizaban el seguimiento del juego desde la grada por hot dogs. El caso más representativo y además el pionero ha sido el del Barça. Son la excepción en un campeonato donde han aparecido las banderas representativas de la ciudad, autonomía o la española por dos razones: la primera, por una cuestión puramente de marketing; y, la segunda, porque los presidentes de buena parte de estos clubes han querido hacer un guiño político.
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