Su precio -lo decíamos en MARCA esos días- rondará los 100 millones de euros, aunque su cláusula en el club lisboeta es de 120 -sólo tiene el 75% del pase- . Una de sus cábalas, su marca personal, es llevar al campo su disfraz de «camello messiánico» y el trapo que lo complementa. La defensa sudamericana despeja el peligro, pero el balón sigue en juego y en posesión del combinado europeo.
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